¡Tu navegador no tiene JavaScript! habilitado. or favor habilítalo para tener una mejor experiencia con PipolNews

Deterioro cognitivo: detección y prevención.

Aunque se asocia con frecuencia con enfermedades degenerativas, hay señales tempranas de esta alteración.

Deterioro cognitivo: detección y prevención.
Imagen ilustrativa

El "antiaging" está de moda para buscar la juventud o preservar la vejez. Sin embargo, en esta idea de estar bien y mantenerse joven -tan popular en las rutinas de actividad física virales en las redes sociales- no está tan presente otro envejecimiento, aunque está incluido en el contexto general, el mental, las capacidades no solo cognitivas. sino emocionales, interpersonales y todas las cosas que nos hacen distintivos como seres humanos.

El envejecimiento celular es un proceso natural que no nos preocupa hasta que comienzan a manifestarse algunos signos. De la misma manera que las células epiteliales y otras pierden su vitalidad, las neuronas también lo hacen y finalmente todo el sistema nervioso.

Todas las estructuras u organismos vivos están destinadas a completar un ciclo de inicio, evolución, crecimiento, decrecimiento y cierre, por lo que este proceso no es ajeno a ellos.

Sin embargo, este ciclo no se cumple de la misma manera en todas las personas, por lo que vemos personas cada vez mayores que están saludables. Además, podemos intentar replicar ese fenómeno en nuestro sistema nervioso y salud mental en general. La clave será detectar los signos de deterioro cognitivo a temprana edad y comenzar a tomar medidas que durarán toda nuestra vida.

En ocasiones, consideramos el deterioro cognitivo exclusivamente asociado con enfermedades degenerativas avanzadas, siendo la demencia y especialmente la forma de Alzheimer la más común. Sin embargo, esto comienza mucho antes y de maneras que en algunos casos sin estar en esos estadios avanzados ya nos complican la vida cotidiana y a veces perder grados de libertad dada la limitación en nuestras diferentes capacidades.

Etapas del envejecimiento.

El espectro de cambios es el mismo, pero pueden agruparse de la siguiente manera:

Sin Deterioro Cognitivo (SDC):

Las habilidades de pensamiento o cognitivas complejas no difieren significativamente.

El deterioro cognitivo subjetivo (DCS):

Incluye las habilidades de pensamiento sufren un ligero deterioro, pero no lo suficiente como para afectar el funcionamiento diario.

El deterioro cognitivo nivel (DCL):

Se define como una disminución en las habilidades de percepción, lenguaje, memoria y razonamiento.

El deterioro cognitivo puede ser moderado o grave:

Las demencias y los aspectos que afectan la autonomía se incluyen dentro de este amplio apartado. Se trata de un deterioro significativo que tiene un impacto en las actividades diarias, como conducir, pagar facturas y cuidar el automóvil.

Las dos primeras etapas o niveles, sin deterioro cognitivo (SDC) y deterioro cognitivo subjetivo (DCS), son comunes a medida que envejecemos.

Los dos niveles siguientes, el deterioro cognitivo nivel (DCL) y la demencia, representan trastornos cognitivos de diferentes grados de severidad y están relacionados con una gran cantidad de factores que, aunque se cree que podemos hacer algo para prevenir y reducir el riesgo.

Varios estudios actuales indican que el deterioro cognitivo puede comenzar tan temprano como a los 40/45 años, mientras que el riesgo de demencia aumenta con la edad, especialmente después de los 65 años.

Síntomas tempranos del deterioro cognitivo.

Las personas con deterioro cognitivo leve pueden presentar, por ejemplo:

Dificultades para encontrar palabras: tienen dificultades para hablar.

Extravío de Objetos: Pierden o desplazan con frecuencia objetos.

Recuerdos: Se les olvida citas o eventos.

Carga adicional ante tareas complicadas: Las tareas algo más complejas los abruman.

Dado que estos episodios también se encuentran en cuadros como la ansiedad y/o la depresión, que son cada vez más comunes, es crucial evaluar correctamente su impacto. Por lo tanto, los olvidos o las dificultades para encontrar palabras pueden ser parte de esto, y es importante distinguirlos de aquellos asociados con un deterioro cognitivo. Para evitar preocupaciones innecesarias que pueden ser profecías autocumplidas, no hay que asumir esto último ante un síntoma de ese tipo, ya que el deterioro cognitivo también está relacionado con nuestro estado anímico, especialmente en adultos mayores.

Estrategias de prevención.

Ejercicio.

Cada vez es más evidente que el ejercicio regular mejora la salud general, la salud cerebral y reduce los factores de riesgo sistémicos que afectan la salud mental, como las enfermedades cardíacas, las enfermedades metabólicas, etc. Al reducir la probabilidad de enfermedades más graves y/o crónicas como el cáncer, sus complicaciones y los costos psicológicos asociados, también se protege el caudal cognitivo y emocional.

En este sentido, las mejores estrategias son una combinación de ejercicios aeróbicos, a los que generalmente se les da importancia, pero cada vez es más evidente la necesidad de actividad protectora en todos los niveles de actividades físicas con sobrecarga o fuerza, especialmente en personas mayores. de 45 o 50 años.

Estas actividades mejoran la irrigación vascular, lo que apoya la neuroplasticidad y reduce el riesgo de deterioro cognitivo. Existen numerosos estudios que demuestran cómo los programas de ejercicios aún breves afectan la memoria o la concentración.

Alimentos.

Una dieta mediterránea que incluye frutas, verduras, granos enteros, nueces, semillas, aceite de oliva y pescado sigue las indicaciones habituales para prevenir el envejecimiento prematuro. Es esencial hidratarse abundantemente sin sobrehidratarse. En este sentido, se ha demostrado que un consumo moderado de alcohol está relacionado con una mejor salud cognitiva. Algunos incluso proponen dejar completamente de beber cualquier tipo de bebida alcohólica. Todo el mundo está de acuerdo en que, si se fuma tabaco, las indicaciones son suspenderlo por completo. Naturalmente, esto se aplica a cualquier tipo de sustancia o método que involucre fumar.

Dormir profundamente.

Evite el uso de pantallas antes de dormir, que tengan un impacto comprobado, y mantenga una buena higiene de sueño, con recomendaciones habituales sobre el tiempo de sueño de 7 a 8 horas y la calidad del mismo. De hecho, algunas condiciones de sueño que hemos mencionado están directamente relacionadas con el Alzheimer. No se debe olvidar que la memoria se consolida durante el sueño.

Mantener la mente en movimiento.

La búsqueda de ejercicio en todos los dominios se suma a la actividad física. Cualquier tipo de estímulo, como leer, escribir, participar en actividades educativas, resolver juegos de ingenio, etc., es una indicación mental que sigue las mismas reglas que el ejercicio físico.

Es importante recordar que, al igual que este, se trata de un compromiso personal en el que, al igual que en otras rutinas, la constancia es más importante que la intensidad. Es decir, hacer una rutina mental todos los días, aunque parezca menor, es más importante que intentar proezas que impliquen una dificultad que se hagan pocos días y luego se abandonen. El mantenimiento de una rutina, los "retos" y el mantenimiento de un registro de los mismos son parte de un mismo proceso en el que nuestro cerebro se estimula constantemente.

Hacer amistades.

Similar a lo anterior, buscar mantenernos activos en una actividad que implique conocer a otros y escuchar opiniones diferentes a las nuestras mantiene activos. Es curioso que, en los estudios mundiales sobre el bienestar y la felicidad, los ejercicios de pensamiento positivo, que intentan trabajar en una línea similar a la psicología positiva, permiten trabajar en varios aspectos al mismo tiempo, entre ellos la capacidad cognitiva concreta, como la memoria, la concentración, etc.

El manejo del estrés.

Este factor ha sido muy discutido, especialmente su influencia en el envejecimiento prematuro. No debería faltar en este listado debido a su importancia. Como se ha demostrado, tiene un impacto en una variedad de funciones, lo que podría tener un efecto cascada en otras áreas importantes como el sueño, la alimentación y el bienestar.

Evite el uso constante de sedantes.

Lamentablemente, esta práctica es muy común y está relacionada con variables mencionadas anteriormente como el estrés o la calidad del sueño. Aunque se ha comprobado que el uso por períodos relativamente breves no tiene efectos duraderos, e incluso se ha observado una regresión en las imágenes que parecen degenerativas en los estudios de imágenes cerebrales, es evidente que el deterioro puede ser significativo en el uso continuo. Los protocolos de retiro gradual de medicamentos ansiolíticos o intervalos de descanso han demostrado ser efectivos.

Sin embargo, en relación a los diversos factores que contribuyen al deterioro cognitivo, no siempre está relacionado con una enfermedad neurodegenerativa, sino también con la ansiedad o la depresión crónica, las cuales pueden estar ocultadas por el uso de ansiolíticos sin poder. abordar problemas que mejoren la calidad de vida y, por lo tanto, prevenir un deterioro cognitivo más grave. La dependencia que conduce a la cronicidad y sus efectos negativos es uno de los riesgos que se evalúan cada vez más en la práctica clínica. (riesgo de desarrollar una dependencia).

En línea con esto, el tema de la automedicación es peligroso en estas etapas, incluso con medicamentos aparentemente inocuos, como se mencionó en una nota reciente sobre una propuesta para liberar de control médico a un listado de medicamentos.

Prevención de lesiones en el cráneo.

Un factor que puede parecer insignificante es protegerse de caídas, especialmente de golpes en la cabeza, evitando actividades de riesgo sin protección adecuada, como usar casco en deportes como el ciclismo o el patinaje, y otras situaciones en las que hay mayor riesgo de caídas.

La pérdida de nuestra capacidad de orientación y equilibrio es una característica del proceso de envejecimiento, lo que significa que debemos aumentar las medidas de protección, pero no debemos dejar de hacer cosas que tengan otros beneficios, como estar al aire libre.

Controles regulares de salud.

Es crucial vigilar las enfermedades asociadas con la edad, como las cardiovasculares, metabólicas, odontológicas, patologías de la vista y la audición, y especialmente prevenirlas.

En consecuencia, es fundamental una evaluación especializada de funciones neurocognitivas combinada con una evaluación completa si hay factores sintomáticos que generan inquietud o dudas. Esto se debe a que, en muchos casos, el uso de pruebas habituales puede no proporcionar un panorama claro, sea en uno como en otro sentido (sub o sobre diagnóstico). Es fundamental comprender que el deterioro cognitivo no es algo que se debe evitar u ocultar. Es lo mismo que en otras áreas, como el control de la presión arterial, la agudeza visual o los estudios obligatorios desde cierta edad para detectar posibles enfermedades oncológicas.

Las expectativas son mejores cuando se puede actuar preventivamente antes, y siempre hay una solución. En general, es mejor prevenir que curar, y tomar medidas preventivas no significa tener una enfermedad, al igual que hacer ejercicio físico no significa tener una discapacidad.

Fuentes:

Top Doctors España, Hospital Universitario Ntra. Sra. Del Rosario, EL PAÍS, Infobae.